EL ECO PODCAST
La Bolsa de Cereales analizó el impacto de la sequía en las proyecciones de cosecha
La ingeniera Cecilia Conde, jefa del departamento de Estimaciones Agrícolas, ofreció un panorama de la campaña agrícola, marcada por una primavera favorable seguida por un déficit hídrico que forzó ajustes significativos en las estimaciones de producción.
Un webinar de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires concretado este jueves es la base de un nuevo podcast de El Eco Campo, donde se abordaron los efectos del clima sobre la actual campaña agrícola.
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Cecilia Conde, jefa del departamento de Estimaciones Agrícolas, señaló que la campaña se inició con una primavera que prometía buenos resultados, gracias a las precipitaciones que permitieron a los productores cumplir con sus planes de siembra de soja y maíz. "La verdad que hemos tenido una primavera mejor de lo que muchos de nosotros esperábamos", señaló.
Sin embargo, esta situación cambió drásticamente en diciembre, cuando las lluvias comenzaron a escasear, impactando de manera considerable a las diversas regiones.
La falta de precipitaciones afectó negativamente la condición hídrica de los cultivos, llevando a la Bolsa de Cereales a revisar y ajustar sus proyecciones de producción.
A nivel nacional, la superficie sembrada de soja alcanzó las 18.4 millones de hectáreas, en tanto que se estima una superficie sembrada de 6.6 millones de hectáreas para el maíz. Este año, se observó un incremento del diez por ciento en la siembra de maíz temprano en comparación con el año anterior, alcanzando el 45 por ciento del total.
El impacto de la sequía
Las precipitaciones de finales de diciembre fueron beneficiosas para el centro de Córdoba, pero no el resto del área agrícola.
Las lluvias posteriores, entre el 16 y el 19 de enero, fueron muy localizadas, generando una gran variabilidad en el estado de los cultivos, incluso dentro de las mismas zonas productivas.
"La cualidad de estas precipitaciones es que fueron muy localizadas. Se dieron acumulación de importantes milímetros en algunos sectores, pero a muy pocos kilómetros -dentro del mismo partido, departamento o inclusive dentro de una zona- no recibieron precipitaciones", detalló la experta.
La falta de precipitaciones ocasionó una disminución en la condición de los cultivos de "normal a excelente", lo que condujo a una reducción de un millón de toneladas en la proyección de producción tanto de soja como de maíz.
Las nuevas proyecciones son de 49.6 millones de toneladas de soja y 49 millones de toneladas de maíz. "Realmente la falta de precipitaciones afectó en la condición del cultivo del normal a excelente, lo que nos ha llevado a un ajuste en la proyección de producción de soja y de maíz", afirmó Conde.
Análisis por zonas
La profesional señaló que la región Núcleo Sur representa el 13 por ciento del área de soja y el 9 del maíz y fue una de las más afectadas por la falta de humedad.
"El Núcleo Sur forma parte del núcleo productivo... y arranco con esta zona porque junto al oeste bonaerense y Entre Ríos son las zonas que estuvieron más afectadas", comentó Conde.
La condición de los cultivos de soja "normal a excelente" disminuyó significativamente, situándose en un 50 por ciento. Aunque gran parte del maíz ya había pasado su período crítico, la falta de precipitaciones afectó el llenado de granos, anticipando una baja en el rendimiento. "En el Núcleo Sur, la soja está entrando en el periodo crítico del cultivo. Con respecto a maíz, se espera una baja en el potencial de rendimiento en la zona", explicó Conde.
Luego se refirió a la zona norte de la Pampa y Oeste de Buenos Aires. Al igual que en el núcleo sur, esta región, que abarca el 10 por ciento del área de soja y el 14 de maíz, también sufrió una notable disminución en la condición de los cultivos de soja, con un 45-46 por ciento en condición de "normal a excelente".
La falta de humedad afectó a la soja de segunda, reduciendo la cantidad de plantas por metro cuadrado.
En tanto, la zona Núcleo Norte tiene el 13 por ciento del área nacional de soja y el 10 de maíz, y experimentó una mayor cantidad de precipitaciones. La condición “normal a excelente” de los cultivos de soja se encuentra en un 71 por ciento y la de maíz en un 90.
El 85 por ciento del maíz en esta zona es temprano y ya ha pasado su período crítico con buenas condiciones hídricas, anticipando una buena performance.
La zona Centro Norte (Córdoba): Esta área, que representa el 11 por ciento del área de soja y el 12 de maíz, se benefició de buenas precipitaciones durante el ciclo agrícola. Más del 85 por ciento del maíz en esta zona es tardío. "El cien por ciento del cultivo de soja se encuentra en condición normal a excelente... Lo mismo sucede con la condición normal a excelente de maíz, en donde el 98 por ciento del área se encuentra en normal, en muy buena condición", informó Conde.
La evolución del girasol
Posteriormente Cecilia Conde destacó que “la falta de humedad en el periodo de siembra de girasol hizo es que no se pudieran concretar los planes de siembra", explicó la ingeniera.
En la zona norte del país, comenzó la cosecha y los rendimientos obtenidos hasta el momento son muy buenos, con un promedio de 20.5 quintales por hectárea, y algunos reportes alcanzan los 27 quintales en el norte de Santa Fe.
“El 87 por ciento del girasol en pie presenta una condición de cultivo de "normal a excelente. Los rendimientos que estamos obteniendo a medida que avanzamos la cosecha son muy buenos. Está Estamos en un promedio de 20,5 quintales en promedio", comentó Conde.
Escenario climático
A pesar de un inicio favorable, la escasez de lluvias a finales de diciembre afectó significativamente la condición de los cultivos, "principalmente en nuestro núcleo sur, Entre Ríos, en el oeste bonaerense, lo que ha afectado la condición de los cultivos de una manera importante", según Conde.
Esta situación obligó a la Bolsa de Cereales a reducir sus proyecciones de producción de soja y maíz.
Si bien se registraron algunas precipitaciones en la semana anterior, éstas no fueron suficientes para revertir completamente la situación.
"Lo que nos espera de acá en adelante es que las lluvias nos acompañen durante el mes de febrero para poder sostener la producción", concluyó la ingeniera.
Consideró crucial que las lluvias continúen en febrero para sostener la producción y alcanzar el potencial de rendimiento en aquellas áreas donde los cultivos se encuentran en buenas condiciones.