Con un revólver en una mano y una cuchilla en la riñonada
ASI, UN NOVIO DESPECHADO CON ANSIAS DE VENGANZA, ELIMINO A UNA PAREJA PARA SATISFACER SUS ANSIAS PERVERSAS, QUITANDOSE DESPUES SU PROPIA VIDA.

En el pueblo de Juan N. Fernández, partido de Necochea, en el año 1973 había comenzado la relación de José María RodrÍguez, hombre de 43 años de edad, que se desempeñaba como alambrador, y Angelita Gladys Brusa, de 34, dedicada a tareas domésticas. El romance fue fortaleciéndose con el tiempo, sobre todo cuando la pareja debió separarse transitoriamente en razón de que ella vino a Tandil procurando superar las condiciones de vida que le ofrecía el pueblo donde había nacido.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEl novio tuvo que rumbear, poco después, por razones de trabajo, hacia la provincia de La Pampa. Entonces, la relación no fue la misma cuando regresó, transcurridos dos años. Y el responsable tenía nombre y apellido: Carlos Cirilo Avila, un muchacho riojano de 29 años domiciliado en la finca señalada con el número 196 de la calle Paraguay.
Databa de cuatro meses ya el noviazgo de Angelita con el más joven de sus pretendientes. Por eso el más antiguo , que se consideraba con prioridad en el afecto de la muchacha, a poco de llegar, el 3 de agosto de 1975, cayó en la cuenta que ella lo había engañado. No solo porque le había prometido un cariño que estaba demostrando que no tenía, sino porque además, según parece, había recibido ella de su anterior pareja un aporte económico para que su hermano habilitara una panadería denominada “La Fernandense” en recuerdo de su pueblo, la que estaba ubicada en la avenida Buzón 542, cargo éste desmentido posteriormente por Aldo Horacio Brusa, el hermano.