Salud y tecnología: un puente para la comunicación inclusiva
Cómo la comunicación aumentativa alternativa y la tecnología asistiva permiten que niños, jóvenes y adultos con dificultades en el lenguaje encuentren nuevas formas de expresarse, aprender y vincularse, achicando la brecha con la sociedad.
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¿Cómo se entrelazan salud, tecnología y comunicación?. “Van muy de la mano. Hay mucho desarrollo y evidencia científica”, explicó Leticia Alberti, musicoterapeuta, especialista en comunicación aumentativa alternativa y tecnología asistiva.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailLa profesional señaló que los avances atraviesan todo el espectro de la salud, “desde el diagnóstico hasta lo clínico”. En su caso, en rehabilitación, la tecnología se vuelve cada vez más cercana: “Por ejemplo, en implantes cocleares, eso es un recurso tecnológico para gente que necesita volver a escuchar o que nunca escuchó y va a escuchar por primera vez. Es cada vez con mayor desarrollo, más específico, mejor, redobla la apuesta”.
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En diálogo con Eco Salud de El Eco Multimedios, Alberti destacó la importancia de acortar la distancia entre discapacidad o neurodivergencia y la sociedad. “Cómo hacemos para que esa brecha se achique y la gente tenga cada vez más apoyos para poder hacer una vida más completa, más integral”.
Acercarse a la herramienta desde la experiencia
La musicoterapeuta destacó que “esos niños que no llegan a desarrollar lenguaje no quiere decir que no tienen ideas, que no tienen nada para decir, nada para expresar. Con musicoterapia me daba cuenta que pasaban cosas muy lindas trabajando con los chicos, viendo sus expresiones”.
Su experiencia en la institución Fleni fue un punto de inflexión. Allí conoció los pictogramas. “Son como símbolos o gráficos que usaban con estos chicos, dibujos sencillos para que, por ejemplo, pudieran señalar comer o ir al baño. A partir de ahí me di cuenta que podía empezar a trabajar en mi consultorio apoyando con imágenes un montón de actividades”.
Ese camino la llevó a especializarse en comunicación aumentativa alternativa y tecnología asistiva. “Siempre se refiere a lo verbal, pero está también la comunicación no verbal. Esto es para todo el espectro de edad. Un nene de 2 años que reconoce que un dibujo de un vaso significa agua, o personas con ELA o traumatismos que pierden el lenguaje y pueden apoyarse en símbolos o palabras en comunicadores”.
Los dispositivos como potenciadores
Los sistemas tecnológicos potencian estas posibilidades: “Desde que apareció la tablet, la computadora, todo eso fue exponencial. Es como un traje a medida. Cada uno tiene su comunicador propio y a su vez ese comunicador se va adaptando a lo que necesita expresar”.
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Alberti explicó que el acceso a estos sistemas depende de las posibilidades físicas de cada persona. “Si podes mover el pie, la cabeza o un dedo, se adapta un switch. Puede ser un botón, un soplido, proximidad. Y cuando no se puede mover ninguna parte del cuerpo, trabajamos con la mirada. El sistema reconoce el movimiento del iris y lo transforma en un clic”.
Sobre el impacto de estos dispositivos, remarcó: “No hay cara de emoción que te pueda explicar cuando escuchan por primera vez lo que quieren decir. Miran algo y lo escuchan sintetizado con voz. Eso cambia todo”.
La especialista recuerda la historia de Agustín, un niño con parálisis cerebral que comenzó a usar un sistema de comunicación aumentativa: “Estábamos trabajando sobre gustos de helado y él marcaba frutilla, limón… pero volvía a la pantalla donde estaba ‘bosque’. Al final el papá nos explicó que quería decir ‘frutos del bosque’. Fue increíble ver cómo sabía dónde buscar ese recurso en su comunicador”.
Cómo se integra la tecnología al entorno del paciente
Alberti resaltó que esos procesos requieren acompañamiento familiar y escolar, así como trabajo interdisciplinario.
“Requiere de verdad de mucho acompañamiento de la familia, sean adultos, adolescentes o niños. Es algo que la familia se tiene que apropiar, y así como cuando sale lleva lo que necesita, también tienen que llevar estos dispositivos”, remarcó, al tiempo que agregó que “esto no es exclusivo de una disciplina, puede hacerlo cualquier terapeuta entrenado en rehabilitación, en neurorehabilitación mejor todavía”.
Se trata de un campo en permanente innovación: “No termino nunca de aprender porque sale cada vez más tecnología, sistemas operativos. Por suerte, acá también hay industria argentina que está desarrollando dispositivos, y en Tandil estamos probando algunos de esos avances”.
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“Por eso es tan importante entender que la comunicación es amplísima y no se limita a lo verbal. Estos sistemas permiten que más personas puedan expresarse, aprender, jugar y, sobre todo, vincularse con los demás”, concluyó.
A la musicoterapeuta Leticia Alberti la pueden encontrar en Rien Tandil, equipo terapéutico para niños y adolescentes, ubicado en la calle Pedro Hansen 360. O a través del Instagram @rien_tandil