Entrevista a la cronista del Juicio La Huerta: las audiencias que se vienen y la "última palabra" de los acusados
Entrevista a Soledad Restivo, de la Agencia Comunica de la Unicen.

Hasta el próximo viernes 24 de octubre, cuando los jueces del Tribunal Oral Federal N°1 de Mar del Plata se trasladen a la ciudad para realizar la lectura del veredicto del Juicio La Huerta, el proceso continúa con una serie de audiencias en las que los juzgados podrán hacer uso de su “última palabra”.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEn diálogo con El Eco de Tandil, la periodista Soledad Restivo –quien cubrió cada una de las instancias del juicio para la Agencia Comunica de la Unicen-, contó los detalles de las próximas audiencias. Cabe recordar, en La Huerta se juzgan crímenes de lesa humanidad cometidos contra 192 vecinos por los que fueron procesados 52 ex militares, ex policías, ex penitenciarios y 2 civiles. En septiembre pasado, los fiscales pidieron 11 condenas a prisión perpetua, 20 penas de entre 3 y 20 años y 4 absoluciones.
“Se le llama ‘última palabra’, es un derecho que le asiste a todos los imputados. Si quieren agregar algo o responder a lo que se ha dicho, lo pueden hacer antes de que el Tribunal dirima el veredicto final. Forma parte de las garantías procesales que están previstas y que ellos no respetaron nunca. Porque hay que volver a decir que, si hay algo que dejó bien claro el juicio y podemos hacer un una línea argumental, es que para la Sub Zona 12 había un circuito represivo específicamente delineado para esta zona, con características particulares”, señaló Restivo.

La última palabra
-Hubo un anuncio importante sobre la lectura del veredicto en la ciudad, que va a ser el 24 de octubre. ¿Cómo sigue el Juicio La Huerta hasta esa fecha?
-El Tribunal anunció todo junto en una en una comunicación para las partes. A partir del viernes 29 de agosto empezaron a darse una serie de audiencias que van desde la 98 a la 104, para las que el Tribunal había pedido que los abogados defensores pasen la lista de los imputados que querían hablar.
En estas audiencias está previsto un cronograma de toma de la palabra en el que están todos los imputados. Así que vamos a ver qué es lo que sucede, si efectivamente hacen uso de este derecho, o si al no haber respuesta de los de los abogados, los integrantes del Tribunal decidieron hacer este cronograma.
Lo cierto es que esto se da todo en estas audiencias que van hasta el 10 de octubre, que es la última, y ya después se espera que el 24 de octubre el Tribunal venga a Tandil a leer la sentencia.
En un contexto, a mi entender, complejo, porque son dos días antes de las elecciones. Y esto creo que va a marcar un poquito el tenor de lo que suceda en la calle, porque estamos en un momento electoral muy particular, donde las aguas respecto de estas temáticas están muy divididas.
-Más allá de los integrantes de la Mesa por la Memoria, organizaciones y vecinos de Tandil, ¿Se espera ese día la participación de vecinos de otras localidades en las cuales también hubo víctimas que pasaron por La Huerta?
- Efectivamente después de tres años y tantos actores involucrados, ya hay anuncios por parte de organismos, de familiares y de víctimas que han que han testimoniado desde otras ciudades de que van a venir. De hecho, hay contingentes que van a venir de Olavarría, contingentes que van a venir de Azul. Fue lo que pasó en 2012 con el juicio de Carlos Moreno, y este año no va a ser no va a ser diferente.
-Con respecto a las audiencias que restan, hiciste mención a que serán las de la “última palabra”…
-Sí, se le llama así. El uso de la última palabra es un derecho que le asiste a todos los imputado, por si quieren agregar o responder a algo que se ha dicho, lo pueden hacer antes que el Tribunal dirima con ese el veredicto final.
-Forma parte de las garantías procesales…
-Sí, es un es un derecho de los imputados, parte de las garantías procesales que están previstas y que ellos no respetaron nunca. Porque hay que volver a decir que, si hay algo que dejó bien claro el Juicio es que para la Sub Zona 12 había un circuito represivo específicamente delineado, con características particulares.
Para alguna de las de las ciudades tenía características más particulares todavía, pero que básicamente eran el secuestro ilegal, la detención desaparición en una comisaría, y de ahí el traslado para la tortura a otros lugares.
Algunas personas aún están desaparecidas, otras fueron parte de los declarantes, quienes llegaron con vida después de 47 años. La Fiscalía pidió 11 perpetuas, 20 condenas menores y 4 absoluciones. Y los abogados defensores pidieron absoluciones absolutas, la mayoría esgrimiendo la situación de guerra interna. Se sigue sosteniendo desde la defensa que lo que sus defendidos hicieron fueron solamente cuestiones de debida obediencia dentro del esquema militar, y que por eso tienen que ser absueltos. La mayoría también esgrime la situación de violencia y que dentro de esta guerra, que se trataron de algunos excesos y nada más.
Frente a esto, siempre se responde que, bueno, si esa era la situación, no se respetaron ninguno de los derechos que tenían cualquiera de las personas que fueron detenidas, desaparecidas, violadas, torturadas, robadas. En la mayoría de los casos, sus garantías procesales y los derechos humanos de todas las personas que fueron víctimas durante la última dictadura militar, no se respetaron jamás.
Ahora, a la hora de pedir justicia por parte de los familiares, siempre es dentro de los canales legales y respetando las garantías, y tienen el derecho de ser los últimos en hablar en un juicio que hace tres años que estamos llevando adelante.
-El Juicio lleva tres años. Escuchaste la mayor parte de los 213 testimonios, a los acusados, a las defensas de las partes. Cubrió todo el proceso y ahora llega esta noticia de la lectura en Tandil. ¿Qué significa para vos como profesional comprometida con este tema?
-Para mí es un momento muy particular, porque de hecho yo ya cubrí otros juicios. Carlos Moreno, Monte Pelloni. Y siempre es un momento en donde uno entra en contradicción, porque después de tantos años uno está feliz, contento de poder estar en el momento de la de la palabra de la Justicia. Pero sabemos que a veces la justicia, y más en este momento particular, no va a ser tan justa.
Ha pasado mucho tiempo, no creo que haya tan buenas noticias como en otras veces, y está esa dicotomía entre felicidad, duda, y un poco de reproche, de que esto debería haber sido mucho antes, mucho antes.
En este Juicio en particular con más razón. Porque se juzgaron los hechos que se cometieron en Azul, que es mi ciudad natal, donde la mayoría de las víctimas estaban ligadas a mi historia personal.
Cuando llegó el momento de los casos de Azul fue muy impactante escuchar esos relatos. Relatos que, en su mayoría, yo había escuchado a través de mi mamá, de mi papá y de otras personas cercanas, pero que los estaba escuchando en primera persona y desde otro lugar emocional también.
Fue muy fuerte, porque además, Azul tiene una historia muy particular con el tema de la última dictadura, y el asiento de las grandes cabezas que idearon esto en esa ciudad. Videla se juntaba en un campo en Azul.
Así que para mí esto tiene un doble sentido de cerrar una etapa. De alguna manera completar una historia que muchas veces tenía incompleta, muchas historias que hacen a la mía. Y que me exigen un esfuerzo profesional extra. Porque cuando escribo o cuando hago algún relato, tengo que mantener la distancia para poder contarlo. Al menos un poco, no del todo, porque tampoco creo que el periodismo tenga que ser aséptico.
Redactor El Eco de Tandil