Cómo secar la ropa de manera eficiente, natural y responsable con el ambiente
Volver al tender no es retroceder, sino que significa recuperar una práctica simple, económica y sustentable, que combina el cuidado del planeta con el bienestar en casa. Un gesto cotidiano que, multiplicado, puede hacer la diferencia.
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Cada gesto cotidiano puede transformarse en una pequeña acción a favor del ambiente. Tender la ropa, algo tan simple como colgar una prenda al sol o dejarla secar con el aire, es un hábito que no solo ahorra energía, sino que también ayuda a conservar los tejidos y reducir el impacto ambiental.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEl uso de electrodomésticos como secarropas o lavarropas se traduce en mayor consumo de electricidad y emisiones indirectas, entonces volver al secado natural se convierte en una práctica tan económica como ecológica. Según la Guía de Ahorro de Electricidad en el Hogar del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), prescindir del secarropas y dejar que el sol y el viento hagan su trabajo puede reducir significativamente la demanda energética del hogar.
Además, distintas instituciones ambientales, como la Fundación Vida Silvestre y la FAO, coinciden en que los pequeños cambios en la rutina doméstica tienen efectos acumulativos positivos. Aprovechar la energía solar, cuidar los materiales textiles y optimizar los recursos naturales disponibles son formas sencillas de incorporar la sustentabilidad en el día a día.
Volver al tender no es retroceder, sino que significa recuperar una práctica simple, económica y sustentable, que combina el cuidado del planeta con el bienestar en casa. Un gesto cotidiano que, multiplicado, puede hacer la diferencia.
Cinco tips naturales para secar la ropa
1. Elegí el lugar más ventilado y con sol: colocar el tendedero en un espacio donde circule el aire y llegue el sol directo acelera el secado y evita la humedad persistente. Si no hay espacio al aire libre, una ventana abierta o una galería cubierta también funcionan. La ventilación natural reduce el riesgo de moho y malos olores sin necesidad de deshumidificadores eléctricos.
2. No amontones: dejá espacio entre las prendas, porque la circulación del aire es clave. Separar la ropa unos centímetros favorece la evaporación del agua y evita que se acumule humedad. Un tendido espaciado puede tardar menos en secar que uno saturado, incluso en días nublados.
3. Aprovechá el centrifugado y sacudí las prendas: un buen centrifugado previo elimina el exceso de agua y reduce el tiempo de secado al aire. Sacudir cada prenda antes de colgarla evita arrugas y mejora la ventilación entre las fibras. Así, además de ahorrar energía, reducís el tiempo de planchado.
4. Colgá según el tipo de prenda: cada material se seca de forma diferente. Las telas gruesas (como jeans o toallas) conviene colgarlas extendidas o de los bordes; las camisas o blusas, en perchas, para que mantengan su forma; las prendas de lana, en posición horizontal, para evitar deformaciones. Esta distribución favorece el secado uniforme y alarga la vida útil de la ropa.
5. Usá el sol como tu mejor aliado energético: además de secar, el sol tiene un efecto natural desinfectante. Exponer la ropa unos minutos a la luz solar directa puede ayudar a eliminar bacterias y olores, sin productos químicos. Según el ENRE y la Fundación Vida Silvestre, aprovechar la energía solar en el hogar es una forma efectiva de reducir el consumo eléctrico y la huella de carbono.
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